La ofensiva de Interpol contra los delitos ambientales se saldó con 225 arrestos en América Latina
- en97 lactam
- 24 oct
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Una operación policial multinacional de dos meses que abarcó nueve países latinoamericanos resultó en 225 arrestos por delitos ambientales y cientos de nuevas investigaciones sobre tala ilegal, tráfico de vida silvestre y minería de oro, dijo Interpol el viernes.
El anuncio marcó los primeros comentarios públicos sobre la operación denominada Operación Madre Tierra VII, coordinada por la oficina de Interpol para Centroamérica.
La operación, realizada entre mayo y junio, contó con la asistencia de la unidad de seguridad ambiental de Interpol, indicó la organización policial internacional con sede en París.
Interpol, que ayuda a los países a compartir inteligencia y coordinar investigaciones transfronterizas, dijo que el esfuerzo descubrió más de 400 casos de delitos ambientales, incluyendo tala ilegal, tráfico de vida silvestre, violaciones de pesca, minería ilegal y delitos de contaminación.
Entre las violaciones más frecuentes se encuentran 203 delitos relacionados con la forestación y 138 vinculados con el comercio ilegal de vida silvestre, indicó.
La operación también expuso rutas transnacionales que llegaban hasta lugares tan lejanos como Europa y Asia, revelando cómo las redes del crimen organizado impulsan cada vez más la deforestación, la minería ilegal y la explotación de especies protegidas en toda la región.
Se incautó una amplia gama de contrabando: aves vivas, reptiles, tortugas, primates y grandes felinos, además de 2,4 toneladas de aletas de tiburón y raya. Unos 875 kilogramos (casi 1.930 libras) de totoaba —un pez en peligro crítico de extinción— y 7 kilogramos (15 libras) de pepino de mar seco.
Interpol dijo que las incautaciones ponen de relieve la continua explotación de especies protegidas para lucrativos mercados internacionales.
Los resultados subrayan cómo las redes criminales organizadas están convirtiendo especies y bosques protegidos en cadenas de productos básicos transcontinentales, con profundas consecuencias para los ecosistemas y la resiliencia climática.
En los últimos años , Interpol y sus agencias asociadas han llevado a cabo operaciones transfronterizas similares , incluida una en la frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina que dio lugar a 26 arrestos por tráfico ilegal de madera.
También se confiscaron grandes cantidades de madera talada ilegalmente, como pino, roble y madera de cedro y palo rosa de gran valor. Según Interpol, el palo rosa puede alcanzar hasta 6.000 dólares por metro cúbico en el mercado negro, lo que pone de relieve las ganancias que impulsan la destrucción forestal.
Los investigadores identificaron puntos críticos de deforestación que abarcan más de 50.000 hectáreas (193 millas cuadradas), muchos de ellos vinculados a grupos criminales organizados que operan en todos los continentes.
En Panamá, un caso importante descubrió una minería de oro ilegal a gran escala que involucra trabajo infantil, trata de personas y contaminación de ríos y suelos con mercurio.
El operativo también resultó en la incautación de armas, vehículos, embarcaciones y equipos de comunicación. Las autoridades informaron que se están realizando investigaciones adicionales y que se presentará un informe analítico final a finales de noviembre.
Oscar Soria, director ejecutivo de The Common Initiative, un grupo de expertos ambientales, dijo que la operación muestra cómo los delitos ambientales en América Latina “se han integrado profundamente con las redes tradicionales del crimen organizado”, a medida que los grupos de narcotráfico se expanden a la minería ilegal, la tala y el tráfico de vida silvestre.
“Estos delitos de bajo riesgo y alta rentabilidad ahora financian a grupos armados y se nutren de la corrupción en múltiples niveles”, afirmó Soria. “Lo que se necesita con urgencia es una respuesta estructural: no solo arrestos, sino una gobernanza más sólida, una mejor coordinación regional y esfuerzos para recuperar territorios donde las redes criminales ocupan el vacío dejado por el Estado”.
La operación fue parte del Proyecto GAIA, un programa respaldado por el Ministerio de Medio Ambiente de Alemania, en el que participaron policías de países como Colombia, México y Costa Rica, dijo Interpol.
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